English Breakfast Orgánico de Eilles + Darjeeling de Twinings
James Joyce |
El inicio de la cursada me impidió continuar regularmente con este maniático blog, pero las fuerzas del tecito vuelven renovadas para refrescar su paladar. Entre mis aventuras de los últimos meses, empecé a leer el Ulises de Joyce, lo que decantó en una fervorosa obsesión por el misterio que esconde la novela y su interminable intertextualidad. En un primer momento, esta entrada iba a estar escrita en un estilo flujo de consciencia, en un ejercicio que intentaba imitar la prosa joyceana. Sin embargo, me invadió una enorme pereza (en el barrio bautizada como "tremenda paja"), por lo que quedará para otro momento la experimentación literaria.
Otra de las aventuras de estos meses fue el regreso a tierra firme de mi amiga Natividad, quien se embarcó durante seis meses en la heroica tarea de trabajar en un crucero lleno de white trash sureña. En un gesto de cariño que casi me emociona hasta las lágrimas, me trajo dos alegres variedades de té en saquitos como regalo, por lo que esta reseña doble es posible gracias a ella y su inconfundible melena de color cobrizo, que bien podría ser nativa de las tierras irlandesas donde Joyce sitúa, indefectiblemente, el Ulises (y que Natividad visitó, cumpliendo uno de mis sueños europeístas), haciendo un paralelismo con la isla de Ítaca en el poema épico de Homero.
Al igual que el que beben nuestros héroes Stephen Dedalus (Telémaco) y Leopold Bloom (Ulises), el primero de los tés es un English Breakfast, el té tradicional del desayuno británico, solo que Bloom lo acompaña con un riñón rehogado en manteca, y no creo que Joyce estaría muy feliz de que se le denomine "english" al té que toman sus personajes, al remarcar la situación colonial de la isla esmeralda. Este clásico té negro es de la marca Eilles, una empresa alemana que parece gozar de cierto renombre. Esta variedad es suave y ligera, a diferencia de otros English Breakfast más profundos y amargos que tuve el inmenso placer de probar. En contraste, este té no es amargo, sino que es un poco más herbáceo, similar a lo que unx se encuentra al probar un té verde, sin llegar a tales cotas de frescura. Sin embargo, es realmente fresco, probablemente por su carácter orgánico que declara la etiqueta. Es probable (si bien estoy inventando) que así les guste en Alemania, de una textura más redondeada y brillante a diferencia de la profundidad y energía del té negro británico.
La segunda variedad nos transporta a la India, más específicamente a la región de Darjeeling que le da nombre a este té de la clásica y apreciada marca Twinings. Este té es, realmente, un lujo asiático: es ligero, pero de sabor imponente, con un regusto dulce en el paladar cuya amargor inicial no anticipa, dado su aroma suave. El té de Darjeeling se caracteriza por un sabor alicorado, llamado moscatel, que se puede apreciar en esta variedad, y es muy agradable. Le da una nota tirando a almizclada y un cuerpo más bien robusto, con un color naranja claro que lo acerca a las notas cromáticas del Earl Grey, otro té ligero pero fuertemente aromático.
Las amistades, las lecturas, los tecitos, las películas, los discos, las obsesiones que nos mantienen adelante mientras estos hijos de re mil puta se rifan el país y lo vacían (perdonen mi francés). No dejemos que lo desolador del futuro nos impida ni luchar por él ni disfrutar el presente. Hasta los mayores revolucionarios necesitaban una pausa para el tecito.
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