Sencha con rosas y cereza de Inti Tea

 

Elizabeth Taylor y James Dean tomando té en Giant (1956), de George Stevens

La ausencia de aproximadamente dos meses de este blog puede explicarse por varias razones. Una es el calor agobiante que sigue azotando nuestra ciudad, lo que me dio la idea de inaugurar una sección de té frío, por el bien de mi salud. La segunda fue mi idea de no hacer dos entradas seguidas que sean probando tés que vienen del mismo lugar, como si no quisiera ir dos veces al Gato Negro. Pero las circunstancias en las que me encuentro ahora me impiden salir mucho, así que decidí honrar a quienes me regalaron este set de tecitos de Inti Tea y descartar esa regla no escrita. Por lo que la primera reseña del este año del mal va a ser prima hermana de la última del otro año del mal, el 2023.

Hace unos meses, yo ya había reseñado un té Sencha, y explicado de dónde viene. Básicamente, es un té verde japonés de hojas grandes, sin cortar ni arrollar. La versión de Inti Tea que venía en el set cuenta con aromatizante de rosas y cerezas. El aroma en seco tiene un predominio claro de la cereza, pero no es artificial, es como si se oliera una pasa de cereza, o algo por el estilo. El dulzor está muy presente y el aroma es profundo, oscuro. Una vez preparado, esa fragancia persiste, aunque mucho más suave, tomando más protagonismo el olor de las rosas. El té verde no tiene un aroma muy fuerte, a diferencia de otras variedades, así que queda algo opacado. Pero lo que no queda opacado es su sabor brillante y fresco, herbáceo y ácido, que tiene unas notas tímidas de cereza apenas entra en boca, y mantiene un amargor ligero en el retrogusto, aunque balanceado con el dulzor de las cerezas. 

Para no ser particularmente fan del té saborizado, me gustó mucho, y mucho más que el anterior que había probado, de Sainsbury, mucho más artificial y menos rico. Al final, como al pasajero iraní que recoge el protagonista en la película de Kiarostami, lo que nos salva frente a pensamientos oscuros es el sabor de las cerezas.