Lapsang souchong de El gato negro

A Brighter Summer Day (1991), de Edward Yang

Quienes me conocen y siguen desde hace un tiempo, pueden haber notado cierto gusto por algunas expresiones culturales de Asia oriental. A veces reflexiono sobre esto, y llego a la conclusión de que la confluencia de varias de esas cosas que me gustan es meramente accidental. O bien están relacionadas de forma menos directa. Me explico: lo más notorio es mi gusto por toda una tradición cinematográfica de esa parte del mundo, y mi interés por la historia y la geopolítica de tal región, cosas que están conectadas por, en gran medida, ese cine me gusta por tratar esos temas sociales e históricos. Luego, tengo un gran amor por la comida china (y la japonesa, en menor medida) que data de antes de que conozca ese cine, pero lo interesante es que la comida está muy presente en muchas de esas películas, al ser un símbolo de la idiosincrasia e identidad cultural de aquellos países. Por último, mi evidente amor por el té sí que es algo puramente casual. De hecho, tengo un gusto más inclinado hacia el té como lo toman en Europa que en Asia.

Esa introducción completamente esquizofrénica, autoacusatoria y tirada de los pelos viene a cuento de que la variedad de té que toca hoy es una de origen chino, una de las más exóticas que tuve el placer de probar. El lapsang souchong, cuyo nombre se podría traducir como "madera de pino" (lapsang) y "pequeño tipo" (souchong), y cuyo nombre original en chino es zhengshan xiaozhong (que significa algo así como "hojas gruesas de las montañas Li), es un té negro ahumado en madera de pino, proveniente de las montañas antes mencionadas.

La versión que pude probar es de El gato negro, donde compré el paquete de 25 gramos para poder tomar en mi casa. Las hojas son grandes y de color oscuro, bastante enruladas a lo largo. En seco, el aroma ahumado es muy profundo y persistente, inunda las vías respiratorias completamente, y lo mismo ocurre una vez preparado. El sabor no es amargo en absoluto, es un té muy ligero en su cuerpo y con un sabor y color relativamente suaves. Lo único realmente presente es el sabor ahumado, muy marcado pero no es desagradable, al pasa con ligereza por la boca. Se puede describir como levemente picante y especiado, con algún dejo de acidez en la garganta. El acompañamiento del aroma es tan penetrante y persistente como el sabor, algo que bien podría ser arruinado si se le pone azúcar. No me parece un té para tomar todos los días, no solo por el precio, sino por ser algo delicado, si bien puede ser desagradable para muchas personas que no buscan un sabor de esas características en un té (a comparación del té chai, por ejemplo, es mucho más fuerte y menos accesible). No es de mis variedades favoritas, pero me gusta, y me parece un sabor interesante para probar por fuera de lo que se acostumbra en cuanto a té.