Té Assam: el Gato Negro vs. Tesco

 

El pasado viernes 10 de febrero, antes de ver la maravillosa película Trenque Lauquen de Laura Citarella en la sala Lugones, tuve la oportunidad de volver a un viejo conocido: la casa de té el Gato Negro. Ahí pude probar el té negro de la variedad Assam, que ya había probado hace unos años, por vía de la cadena de supermercados británica Tesco. Por esa razón, y para cambiar un poco el formato, decidí compararlos en su sabor, además de que me resultaba interesante la comparación entre un té de supermercado británico y un té de categoría que se puede conseguir en Buenos Aires.

El té Assam es una variedad de té negro que se cultiva en la región india tropical del mismo nombre. Se distingue de los té negros chinos en ser especialmente malteado, de sabor profundo y con una carga importante de cafeína (para el "Irish breakfast tea" suele hacerse un blend con té Assam y otras variedades). Al ser originario de esa región, y no producirse en el país, el del Gato Negro es importado.

De entrada hay que aclarar algo: el Gato Negro no es para nada accesible. El precio que pagué para tomar el té Assam en el lugar fue de unos $980, con una tetera con capacidad para tres tazas, aproximadamente. Es evidente que está pensado para compartir, pero sigue siendo bastante plata. Lo que yo siempre hago es tomar la primera taza después de dos o dos minutos y medio del té infusionándose, que es lo que recomiendan en el establecimiento, y la segunda dejándolo un rato más, para apreciar el sabor en mayor profundidad, y porque me gusta el té más intenso. (Me ahorro las apreciaciones sobre el aroma porque no pude sentirlo en seco, y porque no iba a andar oliendo la taza en público, tengo un poco de dignidad todavía)

Lo que más me sorprende del Gato Negro es la ligereza que tienen todos los tés. No son flojos, ni faltos de sabor, son ligeros. Se beben con suavidad y encanto, incluso si el sabor es intenso. Lo mismo ocurre con el color. El recuerdo que tenía del té Assam era el de una coloración caramelo muy intensa y oscura, pero esta vez era de un ambarino claro y suave, antes que rojizo. Sin embargo, el sabor seguía siendo penetrante. De nuevo, era ligero, pero penetrante, se podía sentir perfectamente sin ocupar todo el paladar, y sin apenas detectar notas de acidez excesiva. A pesar de ser un té de oxidación alta, estaba presente el sabor herbáceo y casi floral, junto con el leve sabor malteado. Eso da cuenta de un té de nivel, muy bien balanceado y nada astringente. Una experiencia realmente placentera, y que acompañé (en la segunda taza, una vez apreciado el sabor en su totalidad) con un budín de chocolate, para cerrar un maridaje perfecto de sabores penetrantes e intensos (y, bueno, porque tenía hambre).

Por su parte, el Assam que ofrece Tesco, para empezar, no es en hebras. Es extraño, parecen granuladas, sin ser ese té granulado instantáneo (el cual su sola existencia me altera), ni del todo molidas. Eran una especie de pelotitas gruesas, que aumentaban mucho su volumen en el agua y tapaban el pico de la tetera. Por eso digo que no parecían hojas, sino a medio camino entre hebras y té molido. Rarísimo. Lo que recuerdo es que era un sabor muy intenso y robusto, profundo y amargo, casi acariciando un sabor similar al del café. Realmente era muy astringente, y ayudaba mucho agregarle leche. Me gustaba particularmente para el desayuno, acompañándolo con alimentos dulces para equilibrar su amargor. El precio, en la página oficial, es de 1,7 libras por 150 gramos, dando a entender que es un té económico, para todos los días. En esa misma página, las quejas más recurrentes de los usuarios es el tema de las hojas granuladas, lo que da cuenta de un pobre interés en hacer un té de calidad (y publicidad engañosa, porque el paquete dice "loose leaf"). Lo recuerdo con cierto cariño, y me gustaría probarlo de nuevo para verificar si vale la pena esa memoria afectuosa. Por lo pronto, toca esperar que algún familiar viaje a tierras inglesas. O ir al Gato Negro, que será más caro, pero vale la pena.