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Mostrando las entradas de marzo, 2023

English Breakfast de la London

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Ma nuit chez maud (1969), de Eric Rohmer Esta reseña va a ser corta y expeditiva. Principalmente, porque el té en cuestión es tan soso y pobre que poco se puede decir de él. Ayer fui a la confitería London City, en pleno centro porteño (Perú y Avenida de Mayo). No fue una salida planeada, sino que se dio así cuando salía del cine Gaumont. Es célebre por haber sido la confitería favorita de Cortázar, y estaba lleno de decoración en referencia al escritor. Espero que don Julio pidiera café, o que la propuesta de té en su tiempo hubiera sido mejor.  Mi prejuicio fue que la variedad de té iba a ser de corte más clásica, pero casi en su totalidad estaba colonizada por la dictadura del té frutado, ese que tiene 40 especias y 20 frutas diferentes, con nombres de libros de autoayuda, como "pausa", "concentración" o boludeces mersa del estilo. La realidad es que esos eran tés de una marca francesa llamado Teeson, la cual proveía la variedad de blends que tenía el lugar para ...

Earl Grey de La Ideal

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Tea and  Sympathy (1956), de Vincente Minnelli Lo sublime, según Kant, es una categoría estética que refiere a la experimentación de lo inconmensurable, lo suprasensible. Mientras que lo bello es lo dominado y cercano, capaz de producir placer, lo sublime es lo no dominado y distante, por lo que puede llegar a generar displacer o temor en el sujeto, al ser incapaz de asir ese objeto en su totalidad. Esa distancia amparada en la contemplación define a lo sublime, que puede estar tanto en la naturaleza como en la vida social. En el capitalismo contemporáneo, parece ser una marca de época que lo sublime en términos estéticos y lo pobre en términos morales, sobre todo en una moral del trabajo, se conjuguen a mismo tiempo. Hago estas reflexiones porque, en la semana, pude ir a la confitería notable La Ideal, ubicada a una cuadra y media del Obelisco, de una arquitectura francamente sublime. Fui dos veces, de hecho: el martes por la tarde, y el miércoles al mediodía, cuando salía de la f...

Té de Ceylán de El gato negro

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  El mes de marzo no ha sido gentil en absoluto. Las temperaturas extremas que asediaron a gran parte de la zona este del país fueron un gran obstáculo para la constancia de las entradas en este blog. Ese factor, sumado a que la última reseña fue muy poco leída, me desmotivaron bastante, y por eso estuve más de un mes sin publicar nada. Pero el tecito emerge, se impone, aún contra los calores fruto del desmonte y la abrasión infernal del Sol reverberando sobre los kilómetros de cemento desnudo que nos toca atravesar. Por eso, y porque hoy refrescó un poquito, este ridículo blog vuelve a sus actividades, para traerles todo lo que siempre quisieron saber sobre el té, pero no se animaron a preguntar. En mi anteúltima visita a El gato negro (porque la última, si bien cálida por las amistades con quienes la compartí, fue bastante fría en torno a la atención del local. No es una metáfora, me trajeron el té frío. En fin), pude comprar dos variedades de las más populares e interesantes, pa...